Alumna: Galindo Hernández
Diana Gabriela
“Teorías según Aristóteles,
Kant y Nietzsche”
Una idea que me parece
bastante interesante acerca de la metafísica a la que se refiere Aristóteles es
la siguiente: “Todos los hombres tienen por naturaleza el deseo de saber".
Para mí es un deseo de saber que consiste en el conocimiento de las causas y
los principios del ser., y ese conocimiento es el objeto de la metafísica, de
la ciencia de las primeras causas y principios del ser, el conocimiento del ser
"en cuanto ser", el conocimiento de la causa última de la naturaleza
y de la realidad.
Para Aristóteles la
metafísica es la simple búsqueda de la verdad.
Aristóteles al igual que
Kant, menciona un elemento universal, la idea, que es la causa de que
apliquemos una denominación a todos los objetos, pero no tiene existencia
independiente de las cosas. Aristóteles considera que la teoría de las Ideas es
imposible, ya que establece una separación entre el mundo visible y el mundo
inteligible, es decir, entre la sustancia y aquello por lo que una sustancia
es, su forma o esencia. Las Ideas, en efecto, representan la esencia de las
cosas, es decir, aquello por lo que las cosas son lo que son.
Aunque
Aristóteles no reduce la filosofía a la física, ya que afirma la existencia de
seres no sensibles (esencias), sí renuncia al carácter trascendente y separado
de las ideas, ya que éstas, en última instancia, deben explicar los
acontecimientos y seres del mundo en que vivimos, si se quiere construir una ciencia que nos incumba y no sólo una
idea de la ciencia.
Por ello, las esencias
(que otorgan la necesidad y permanencia que lo sensible no posee) deben ser inmanentes a las cosas mismas
si queremos reconocerlas como tales y que cumplan su función: determinar a las
cosas a ser esto o lo otro.
Aristóteles considera una
acción buena aquella que conduce al logro del bien del hombre o a su fin, por
lo tanto, toda acción que se oponga a ello será mala.
Ya que hemos tratado un poco
acerca de las teorías que tuvo Aristóteles, ahora veamos qué es lo que opina
Kant.
Kant dice que el campo vasto
de la actividad humana trasciende con mucho de la simple actividad del
conocimiento, y se plantea si existe algún otro camino para conocer los objetos
de la metafísica que no sea el conocimiento, y nos afirma que los hay,
entonces, la crítica de la razón pura habría hecho un gran bien a la metafísica
misma.
Kant, en su crítica del
conocimiento, parte del hecho del conocimiento y lo relaciona con la física
matemática de Newton ¿Cómo es ella posible?, lo mismo con la conciencia moral.
Existe esa conciencia moral, que contiene principios, tan evidentes, tan
claros, como pueden ser los principios del conocimiento, los principios lógicos
de la razón.
Kant afirma que los
calificativos morales como el bien o mal, solo pueden predicarse del hombre,
porque nosotros decimos que esta cosa o aquella cosa es buena o mala; pero en
rigor, las cosas no son buenas ni malas, porque en las cosas no hay un mérito
ni demérito. Por consiguiente los calificativos morales no pueden predicarse de
las cosas que son diferentes al bien y al mal; solo pueden predicarse del
hombre. Lo único que puede ser digno de llamarse bueno o malo es el hombre, no
las cosas. Asimismo, dice que los predicados morales corresponden a los que el
hombre hace o a los que el hombre quiere hacer, porque el hombre verifica actos
y en la verificación de estos actos, el hombre hace algo; y en esta acción
podemos distinguir 2 elementos: lo que el hombre hace y lo que quiere hacer.
Y concluye con que los
predicados solo corresponden a lo que el hombre hace, sino también a lo que el
hombre hace sin quererlo hacer.
Y por último concluiremos
con las ideas que nos expone Nietzsche.
Nietzsche expone su idea de
que hay que ir más alla del bien y el mal, ya que el bien y el mal son
relativos, definidos por cada quien desde su perspectiva de forma distinta.
Para Nietzsche la moral es
una fuerza terrible y engañadora que ha corrompido a la humanidad entera. La
moral es la gran mentira de la vida, de la historia, de la sociedad. Nietzsche trata de desenmascarar la moral.
Para ello, enfoca la moral desde un doble punto de vista y da un origen doble a
las concepciones de bien y mal, a esto se le llama la doble moral de Nietzsche:
la de los señores y la de los esclavos.
Según
Nietzsche, la moral de los señores es la de los fuertes, creativos,
dominadores. Estos forman una casta o clase social que se impone a la clase de
los débiles, de los inferiores, de los vulgares y sometidos. El dominador ama
la vida, es duro para sí y para los demás, y desprecia la debilidad y la
cobardía, el miedo, la humildad y la mentira. No se compadece ni es piadoso y la moral de los esclavos
privilegia la igualdad, la compasión, la dulzura y la paciencia. Es propia de
los oprimidos y los débiles que a menudo desprecian esta vida y se refugian en
al más allá.
Expone que las ideas de bien
se identifican con la posición de quienes las tienen, así los poderosos están
bien para ellos, y los "resentidos morales" están bien para ellos. Y
las ideas del mal se identifican con las posiciones contrarias: los esclavos
están mal para los señores y vice versa. Es claro que la moral, el deber ser,
qué es lo que está bien ser y qué es lo que está mal, es un concepto
fuertemente dependiente de la sociedad en la que se encuentra.
Nietzsche
sostenía que las creencias en Dios, la Moral y la Metafísica se han revelado
inconsistentes; que su origen no se encuentra sino en el hombre, en el hombre
débil y sufriente que no puede superar por sí mismo su dolor y busca consuelo
en el más allá.
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